martes, 6 de diciembre de 2011

Ser consciente de que tienes conciencia

Con determinación

Definiciones de la RAE para:
Autosuficiente: Que se basta así mismo.
Independiente: Que no tiene dependencia, que no depende de otro.
Casi todos creemos ser así: autosuficientes e independientes. Analiza objetivamente tu actitud hacia tu entorno sobre las definiciones. ¿Seguro que eres así? ¿No dependes de nada... ni de nadie? ¿Podrías seguir adelante, sintiéndote feliz... autosuficiente si te faltara algo o alguien?.
Tenemos adicción a nuestro entorno y los nuestros, no cambiamos algunas cosas o actitudes por dichas adicciones y nos aferramos, aunque nos haga sufrir. El miedo es nuestro peor compañero. Cuando consigamos seguir, sin importarnos quién o qué falta a nuestro lado, aunque a la vez, sintiendo conexión con todo... alcanzaras esa paz interior que todos buscamos para terminar de sentirnos felices, con lo que tenemos o... no tenemos. Pregúntate qué necesitarías para salir de una situación trágica, en la que, estuviera en juego tu vida y… eso, eso es lo único que no tienes que dejar perder en tu camino, porque en una situación así ¿Qué importa? El instante, ese instante crucial.
Determinación, constancia, convencimiento de lo que haces y dices, lealtad a ti mismo y, lo más, amor por todo y digo todo, lo que haces, lo que dices y tu entorno. Puede que después, tengas que reconstruir algo o mucho de ti, pero si te has dejado guiar por todo lo anterior… saldrás más fuerte y estarás más cerca de estar feliz, independientemente del exterior.
La gran cuestión: cómo alcanzar tal fin ¿Difícil? ¡Ya lo creo! Tenemos que buscar en nuestro interior para poder saber cómo conseguirlo. Cosa complicada, sobre todo en la sociedad actual ¿Qué vales? Tú, en lo esencial, como persona… no eres valorado ¿Qué cuenta? En primer lugar tu presencia, lo que le dice a los demás tu imagen ¿Qué puedes hacer ahí para ser aceptado y valorado, tal cual eres? En lo básico, es sencillo, aceptar tu imagen, si te aceptas… te aceptan y si no es así… pregúntate si de verdad, esa persona en particular, te importa hasta el extremo de querer cambiar tu sentir físico. No vayas disfrazado por la vida, que la imagen que te devuelve el espejo… sea esa imagen que tienes en tu interior y ten determinación para ser fiel a ella. Independientemente del exterior y opiniones.
Si somos capaces de llegar hasta aquí, ya hemos andado parte del camino para conseguir equilibrio, el físico, que es lo que transmitirás y lo que te devolverá cuando veas reflejada tu imagen. Cosa, que te permitirá tener la necesaria confianza y seguir trabajando para tu felicidad o, como poco, no sufrimiento.
Hay que ser consciente de lo que eliges en cada momento. Nos guste o no, nos cueste o no… estamos eligiendo cada paso que damos; seamos conscientes de las elecciones. Y cuando lo hagamos pero no salga algo como esperábamos, no busquemos culpar a alguien, ni siquiera… a ti mismo. Se tolerante contigo, si te equivocas, aprendes lo que no tienes que hacer, por tanto, ya tienes un camino descartado. La vez siguiente estarás más cerca de acertar.
No hay que tener prisa por avanzar y conseguir lo que queremos, paso a paso se llega antes. Además cada uno necesita un tiempo para llegar, sé que es algo difícil en la actual sociedad, en donde todo el mundo tiene prisa y ¿Cuál es el resultado? Desencanto por todo, perdida de las ganas de experimentar, conocer, saber y una apatía general por creer estar ya “de vuelta de todo”, estado que te lleva a no disfrutar de estar vivo y vivir sin ilusión, tenemos que aprender las cosas una a una con calma y conscientes de lo que vivimos. Dime, no merece la pena, si el resultado es que tengas la edad que tengas, hayas vivido lo que hayas vivido… sigues queriendo más.
No creas estar en poder de la verdad, no existe la verdad absoluta. Parte de la base que puedes estar equivocado. Nada es bueno o malo… sin más, si hay algún modo de acercarnos a la verdad, es encontrando el centro. No intentes cambiar el mundo. Cambia de ti, aquello que no te gusta y verás cómo se transforma todo a tu alrededor y cuanto antes asumas estas dos cosas, antes dejaras de luchar contra molinos de viento.
Déjate guiar por lo que te dice tú interior, corazón, intuición    –como quieras llamarlo-. Deja la ira y el odio de lado, merece la pena, así vivirás dentro de ti… más a gusto, porque dañarás menos en tu camino. Sí, sé que supone que a veces te hieran, piensen que pueden manipularte y más. No es así porque en tu interior sabes por qué actúas así y tienes convicción de que eso es lo correcto… para ti, para tu sentir. Y, el “tiempo”… se encarga del resto.
Y, sobre todo, en lo negativo que te toque vivir, no tengas el sentimiento de que la vida, o quien sea… tiene algo personal contra ti, no es así. Las cosas no nos ocurren por casualidad    –no existe la casualidad- todo es por o a… causa de. ¿Lo difícil? Saber esa causa ¿Lo seguro? Necesitamos vivir o tener esa experiencia para algo. Intenta aprender de tus errores y sacar lo positivo de todo lo que vivas y esas causas servirán para seguir avanzando y creciendo en esa vida, que te ha tocado vivir y que será: tediosa, de lucha constante y desmoralizadora o… extraordinaria, única y plena. Según elijas lo positivo o lo negativo de tus experiencias y, si esto lo haces convencido de que solo fue el pasado, y tienes conciencia de que todo está en continuo cambio sabrás que tú… estás dentro de ese cambio, no olvides sonreír y medita todo desde la primera impresión de las situaciones (Lo que te dice, de inmediato tu intuición o tu yo interior) es seguro que, así no perderás las ganas de continuar.
En definitiva: No dejes de vivir y soñar; soñar y… vivir todo, como si fuera lo último que harás, ya que, si a algo podemos definir como real… es aquello que vives en cada instante.
Es muy posible que la clave esté en ser consciente de lo que piensas en cada momento, por una razón: así apartarás esos pensamientos que no te hacen sentir bien, porque… dime, si tienes pensamientos negativos hacia algo que te ha pasado o que te han hecho ¿Cambiará? No, eso solo está en tu mano, si algo que no te gusta puedes cambiarlo, trabaja en ello y si no está en tu mano, no es posible cambiarlo… asume y saca lo que te sea útil o la lección a aprender. Tal vez tardes en conseguirlo pero ¿No es mejor hacer esto que, pensar en negativo y pasarlo mal o peor, en tu presente?
El no guardar rencor hacia nada ni nadie, el amor y la sinceridad hacia todo y con nosotros mismos… son los mejores compañeros de vida, porque el tiempo lo materializamos nosotros.


Y no tengo ni idea por qué sentí la necesidad de poner todo esto aquí (canciones incluidas “Lo que quiero y lo que no” y “Hago saber” ya que, ellas, me han ayudado a poder hilar todo lo que tengo ahora en mi mente. Bueno y, más jeje pero no es plan de llenar esto de canciones de Rosana, aunque sería una buena forma de reconocer su gran trabajo). Quizá es debido a un video, que en estos días he visto, pues es lo que me hizo rescatar esto de mis documentos y… terminarlo.
Sé que es una labor ardua, conseguir hacer cada una de las cosas que he puesto aquí ¡Ya lo creo que lo sé! Pero he hecho de todo esto mi modo de vida y… soy feliz, estoy en paz y no me daña tanto el exterior.
Puede que la razón sea, que también sé, lo frágil que puede llegar a ser esa paz interior y he querido poner palabras a mi sentir diario para, si por un avatar del destino, me encuentro de nuevo perdida… poder leer, recordar y centrarme, porque algo tengo seguro, por muy mal que lo pases en tu camino… es mejor sentirse así, que dejarte llevar por el mal momento y eso… eso, solo lo he conseguido trabajando todo lo anterior, día a día… minuto a minuto, consciente de que aún me queda mucho por aprender.
Se me ocurre pensar, es posible que mi paz interior ya no sea tan frágil, precisamente… por haber perseguido y trabajado todo lo que he plasmado aquí.

martes, 18 de octubre de 2011

¿Existe?

¿Existe enamorarse? Hace tiempo, esta pregunta insistía en salir de mi mente, llegar al lado consciente y pensante, ese mismo lado pensante desechaba el planteamiento, me asustaba llegar a una conclusión con la que tendría que cambiar toda la perspectiva de mi vida. En lo que había creído, con lo que había vivido ilusionada. Ilusionada, aquí espantaba tal pensamiento porque mi pregunta, cuando llegaba a éste punto: ilusión… era siempre la misma ¿Qué es la ilusión? Un sueño, un concepto  creado por nuestra imaginación y que los sentidos confunde… aquí concluía todo, me negaba a continuar ¿Es únicamente esto?.
Hay algo más, tiene que ser algo más que un razonamiento lógico. Sucede algo que escapa a nuestra comprensión, inexplicable; que hace pierda importancia el hecho de que podamos confundir la ilusión con la alucinación y la ilusión sea provocada porque sí es posible enamorarse y no al revés.
Puede, que solo ocurra cuando sentimos que no podemos ser felices si no estamos enamorados de alguien –me decía-. Porque soy feliz (y digo, soy no solo estoy) y aún sin estar enamorada y a pesar de no tener cerca un hombre al que amar y me ame... Soy feliz. Situación, por otro lado, que no es opuesta.
Distinto es el enamoramiento, que puedes sentirlo, precisamente, cuando te empeñas en buscar la felicidad en otra persona. Si te empeñas en encontrar tu felicidad fuera… encontraras de lo que tengas necesidad en ese instante, por tanto nacerá una relación sin perspectiva. Si lo que sientes necesitas es sexo, lo que vendrá será eso, una vez satisfecha tu necesidad… no durará, surgirán una sucesión de relaciones e insatisfacción por sentir no es suficiente. Si lo que sientes necesitas es alguien que te mime, una vez satisfecha esa necesidad no querrás más de ello y así en cualquier necesidad que creas ha de satisfacer una pareja. Estas relaciones son y terminan siendo dependientes y por esta consecuencia, no satisfactorias para ambas partes, porque no hay un equilibrio individual, ni en común.
Por tanto… la conclusión es fácil, puedes llegar a enamorarte de verdad si ya eres feliz antes de ello. Porque encontrarás esa persona afín a ti, sin llevarte a equívoco por la pretensión de tener a alguien a tu lado. Solo porque lo encuentras. Así es, te enamoras porque deseas estar con esa persona que te hace entender tu realidad con más intensidad, no porque necesites estar con… alguien, porque ya te sientas completo, no necesitas ¿Es una contradicción? no, creo que no.
De esta manera puede surgir una relación más placentera, pueden crecer las dos personas y, esto llevar a enriquecerse mutuamente.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Defendamos sonrisas

Hoy he vuelto a mirar entre mis escritos y me topé con algo que escribí, con mucha tristeza aunque con esperanza, hace tiempo para el períodico del colegio de mis hijos. Y ésto es lo que incluyo hoy en mi blog, sin odio, sin colera, pero para que no olvidemos. No es correcto recordar  solo en cada aniversario. Esos familiares que sufrieron tal pérdida lo tienen muy presente.




Unos días después del atentado recibí un mail de una amiga –Asunto: Sí, sonríe, sonríe-.
-        Es verdad me olvidé.
Sí, aparentemente era la misma de antes del 11 de marzo, más solo era eso “aparentemente”, porque algo había cambiado en mi sentir diario, (tu también ¿verdad?) mis pensamientos me habían llevado a estar triste, seria…  mirando las cosas de una forma diferente, sin sonrisa en mi expresión, sin poder olvidar ese hecho tan cruel y dantesco.

Imagina, solo por un instante, cuántas de esas personas tenían motivos de celebración ese día, sus cumpleaños, aniversarios, quizá a alguno, a la vuelta de su trabajo, o de un día más buscando un puesto de trabajo, o del instituto, le esperaba una fiesta sorpresa; imagina que tristeza habrá en esos corazones y lo que es peor piensa en esa mala cara o regañina que le haces a tu hijo porque no va en los estudios como tu quieres, o de ese adolescente que le da una mala contestación a su madre… a su padre antes de salir por la puerta a cumplir un día más de trabajo ¡Cielos! qué sentimiento de culpa queda en ese corazón para toda la vida y todo… ¿en nombre de qué? ¿Por qué razón? No hay ninguna, y digo, ninguna razón lo suficientemente poderosa como para arrancar de un modo tan brutal las oportunidades que aún había en todas esas vidas.

Y ahí, aún sin haber abierto el mail de mi amiga, me quedé pensando, reflexionando, escuchando esos pensamientos que estaban atrapados en mi mente, como todas aquellas personas atrapadas en su dolor, con nombres y apellidos, con padres, madres, hermanos, novias, novios. Y la misma determinación que me empujó  a unirme en ese grito, a veces silencioso y desgarrador otras; con los millones de españoles que demostrábamos lo que sentíamos en la manifestación, me dije: - ¡ya esta bien!.
Un simple mail de una buena amiga, me hizo pensar todo esto en un solo instante, pero también, me hizo recordar lo que siempre he defendido y que unos miserables que no merecen otro adjetivo, que no podemos decir son seres humanos porque carecen de buenos sentimientos, son seres incompletos. Bien, me hizo recordar que mi premisa, siempre y en todo momento, con mi gente, es vivir al lado de ellos, cada día como si fuera el de la despedida, entregando lo mejor de mi, con amor, tolerancia y escuchando hasta lo que no se dice para percibir que estoy cerca, afín a sus pensamientos y su sentir. Fíjate que se me ocurre pensar -en un momento de tranquilidad, en un momento optimista- que si todos al unísono, de la misma manera que nos echamos a la calle el 12 de marzo, practicáramos un poco más este “buen rollito” con todos y para todos… quizá… podríamos sonreír por un mundo mejor.

Yo… Por mi parte he vuelto a sonreír a los míos, tal vez… Tal vez con otro trocito de corazón roto pero vuelvo a vivir mí día a día como el último. Porque hay una cosa que tenemos que tener siempre presente, nadie tiene el derecho de quitarnos nuestra libertad de vivir, sentir y disfrutar de nuestra gente, nadie y menos ellos.

La maternidad/paternidad

Esta vez no me voy a servir de ningún diccionario, para tal definición –aunque hay algunos “padres” que deberían, pero eso es otra historia-.
Obviamente solo puedo expresar el punto de vista como madre… bueno, aunque, en una parte importante de este camino, también he ejercido como padre, uhmmm… no lo tengo muy claro ¿Lo he hecho? Supongo, como he podido, claro.
Pienso y pienso, para poner la palabra correcta que exprese todo lo que supone ese estado y solo hay una que pugna por salir de mi cerebro: algo extraordinario, enriquecedor. Es ese momento en el que dejas de pensar en ti como un solo ser y antepones a otro, a otro ser que, solo te mueve el protegerle, porque en sus comienzos depende de ti, aunque ya ves cómo va ha ser y eso… es solo el principio, inicias un camino en el que no dejaras de sorprenderte, de descubrir, de amar; sí, ante todo amar aún en los momentos en que te envuelve la desesperación, la impotencia o la frustración, no puedes dejar de amar a esa personita que creció dentro de ti, que fue creado en el seno del amor.
A veces pienso en qué habría sido de mi, si no hubiera podido ser madre. Hubiera sido duro ¡Hubiera tenido un problema! porque desde que tengo recuerdos… ya entonces, pensaba en que quería ser madre. He tenido muchas dudas en mi vida, en esto… ni una, lo tenía muy claro: quería hijos, encima tuve la suerte de encontrar como pareja a alguien que sentía lo mismo y – ya ves- antes de nacer ninguno de nuestros hijos, ya les teníamos nombre (Bueno no fue exactamente así, pero eso lo dejaremos para otro día).
Cierto es que para cada persona el concepto de ser madre/padre, cambia. Aquí no se admiten definiciones. También es cierto, que no vale solo con desear esos hijos, hay que estar preparado ¿Lo terrible? nunca se esta preparado para ello. El amor se encarga de tener equilibrio para conseguir errar menos ¿Imposible? No, no lo es. ¿Lo difícil? No transmitirles nuestros temores, frustraciones y tantas cosas más que hemos ido metiendo en nuestra mochila, que intentamos no sacar de ella pero a veces… lo haces sin ser consciente, solo suples esto con sinceridad y siendo honestos.
¿Cómo definiría yo ser madre? Pues… fácil: Es ternura cuando lo miras dormido, le observas jugando (Sin que él lo sepa) Cuando vas por la calle y busca tu mano, cuando te mira buscando en ti y, sobre todo, mientras ves cómo crece, con su personalidad que, a veces, te hace recordar a su padre o… a ti y sonríes… con ternura. Sientes ternura en cada poro de tu piel, te hace estar despierto, alerta para intentar no equivocarte demasiado, ya que eres consciente de que ocurrirá. Pero activas todos tus sentidos, echas mano de tu inteligencia emocional para prever y dejas que el amor, haga el resto.
Es la experiencia más grande que un ser humano puede vivir. Ver cómo se hace esa personita que un día tuviste en tus brazos y amamantaste con todo tu amor. Y lo más, orgullo de verles y de seguir notando ese cordón umbilical invisible que aún te une a ellos.
La primera vez que escuché esta canción, pensé en mis hijos, supongo que ésto es lo que les diría. Y a pesar de los errores cometidos...¡Quiereme!

sábado, 17 de septiembre de 2011

Felizmente intransigente

¿Pueden convivir estos dos estados en una misma persona? Sí, pregunto. Porque... dime ¿Si alguien es intransigente... Puede sentirse feliz? Puede estarlo, puede parecerle. Serlo... déjame que lo dude, no se puede ser feliz si no permites que requieran o reclamen algo en tu presencia.
 Es posible que la razón sea, el hecho, de que tal actitud, es empleada consigo mismo, es decir, ser intransigente consigo mismo y por ello reflejarlo en su día a día y si consigue "no pasarse una" se siente, es feliz -reflexión a tener en cuenta-. Viéndolo desde este punto de vista uno puede ser más tolerante con alguien que se comporta así.
Y al hacer este razonamiento.... se me ocurre pensar, preguntarme ¿no eres, tú misma, en este instante en que te atreves a juzgar, intransigente? Sí, porque cada uno es producto de sus experiencias y la enseñanza que ha sacado de ellas ¿Quién eres tú para decidir si pueden o no convivir tales cuestiones en una sola persona?.
 Nadie está en poder de la verdad por eso nunca juzgo, solo reflexiono y concluyo.
Quiero echar un capote a la tolerancia para que la intransigencia solo sirva para nuestro beneficio y haciendo honor a un buen y querido amigo acabaré estas reflexiones con algo suyo:
"malo, cuando crees que eres lo mejor, mejor reconocer tus malos hábitos, malas ideas, comportamientos y tratar de mejorar y no tratar de ser "felizmente intransigente""
Si seguimos este pensamiento y lo ponemos en práctica... la intransigencia será felizmente aplicada.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Juicios de criterio

La RAE define como criterio: Norma para conocer la verdad. Si nos ajustamos a la definición... cada persona tiene su criterio porque, cada persona tiene su verdad -hasta ahí, de acuerdo-. ¿Entonces?¿Qué debemos hacer para ser justos, no incurrir en "nuestro criterio" y, por ello, equivocarnos en valorar o determinar, cuál es la verdad o la realidad de algo o alguien? Larga pregunta, casi que me he perdido en ella.
Retomemos el asunto: En teoría es fácil no incurrir en "nuestro criterio", en teoría.
Cuando están en juego, además, tu propia experiencia y (lo más importante, y que con más frecuencia nos equivocamos en nuestro criterio de algo o alguien)lo que uno percibe o haría ante una situación. Olvidamos a la otra persona o percepción del momento, nos calzamos sus zapatos pero del revés. Sí, nos ponemos en el lugar equivocado, es decir, nos situamos en esa realidad... nosotros.
Así no, así es imposible acertar en un juicio de criterio, porque... también contempla la RAE como definición de criterio: Juicio o discernimiento. Por tanto podremos dejar a parte "nuestro criterio" cuando tengamos los conocimientos imprescindibles, seamos totalmente objetivos, sabiendo separar nuestra verdad, experiencia y nuestra conducta. Y, entonces... sí, podremos ser justos e imparciales, sin llegar a dañar a nada ni a nadie con nuestros...: "Juicios de criterio".