miércoles, 18 de enero de 2012

Entre sueños... despertares

Entre sueños… despertares
Si miras hacia fuera… sueñas. Si miras hacia dentro… despiertas.
¿Cómo poder vivir, sin soñar? Aunque si sueñas en exceso, terminas viendo una realidad que no es, motivo: miras demasiado hacia fuera.
También se me está ocurriendo… que si miras demasiado hacia dentro… terminas siendo –como diría mi hijo- muy místico.
Entonces ¿Cómo hacerlo? La primera vez que leí esta frase, me hice la pregunta. Ya que el soñar, imaginar qué queremos   nos pase, es algo innato en el ser humano. Ya que soñando  –creo- llegamos a saber lo que, de verdad nos gustaría disfrutar en la vida. Claro que esos sueños tienen que partir de nuestro interior.
Esa debe ser la diferencia. Tenemos que escuchar aquellos sueños que nacen de dentro, el primer impulso de nuestros deseos, nuestros sueños. No lo que imagina la mente que nos hará sentir bien. Un deseo que sale de nuestro pensamiento nos llevará a querer otro, una vez conseguido el anterior y así sucesivamente, no estando nunca a gusto, porque esos deseos serán o de algo material o de algún sentimiento caprichoso que no terminará de llenarnos. Volviendo a lo mismo de siempre, sentiremos frustración y nunca satisfechos.
Creo que hay que dejarse de dualidades –me explico- cualquiera que lee esa frase del principio, escogerá una de las partes, es decir: según su modo de ver la vida, creerá que lo mejor es estar siempre despierto o, por el contrario, que no hay que dejar de soñar.
Lo que tengo claro es que es peligroso dejar de soñar, quien deja de soñar pierde la ilusión de vivir.
Pero yo pregunto: ¿Se puede despertar sin estar antes… soñando? ¿Se puede soñar sin antes haber estado… despierto? Los extremos tienen que estar y existir, es tan sencillo como que tiene que estar el uno para que exista el otro y viceversa, no para que escojamos. Hay  que tener conciencia de ello, para buscar el equilibrio que te permita vivir despierto… tus sueños.
Por tanto, es importante vivir el aquí y ahora como un niño. Sentir sin analizar. Escuchar aquellos sueños que surgen espontáneos para saber qué te hará feliz. La dualidad no existe si vives todo desde el instinto. Sin aferrarte a nada y desde el instinto: vivir entre sueños… despertares.