No
descubro nada nuevo si afirmo que estamos tomando decisiones continuamente.
Conscientes o no pero decidimos cada paso que damos. Si te levantas cada día de
la cama es porque decides levantarte o no
levantarte. De una manera o de otra… estas tomando una decisión u otra. Decides
si vas al baño a lavarte o antes te preparas un café, la ropa que sacas de tu
armario, si tienes por costumbre escuchar música mientras vas a tu trabajo…
decides qué música vas a disfrutar ese día y así podría seguir hasta que
llegada la noche, decides que te vas a dormir ya.
Y
vuelvo a afirmar lo que en otras ocasiones digo, no soy erudita en nada, por
tanto, estoy segura que lo que pueda poner aquí, podrá ser rebatido o
documentado con mejores argumentos de los que yo pueda llegar a utilizar. Mi
ignorancia aunque también mi experiencia
es la que habla. Ello me hace ver algo muy obvio, hay decisiones inmediatas,
que diríamos “Sobre la marcha” Decisiones que creemos poco importantes,
normales. No estoy de acuerdo, cada decisión, es importante, forman parte de
nuestro día a día y nos llevan, a sentirnos bien o no.
Y
hay más, si nos dejamos llevar por cada decisión cotidiana e ineludible que se
pone en nuestro camino, podemos “olvidarnos”. Sí, olvidarnos de nosotros de,
entre tantas cuestiones a resolver y atender diarias, olvidarnos de tomar
distancia y un tiempo para ver más allá, para no encontrarnos un día con
preguntas como: ¿Qué a pasado con todos estos años… dónde se fueron? ¿Tanto
esfuerzo diario para esto? ¿Después de darlo todo…. Me encuentro sin nada? Y
tantas preguntas que se pueda hacer cualquiera que no tome perspectiva de su
vida.
Mi
opinión es que nos debemos algo muy importante, prestarnos atención, no
dejarnos llevar por el día a día, que aquello que decidimos este pensado desde
el corazón, con la conciencia clara que de ello va ha depender nuestro
bienestar interior que, por otro lado, se va a reflejar en nuestro entorno,
nuestro mundo.
Sin
miedo a los cambios, sin temor de errar pues si esta decidido desde el
interior… será lo acertado. Aunque,
aparentemente nos parezca que nos estamos equivocando, o que era mejor seguir
como hasta ese instante, en que decidiste cambiar algo porque tu “ser” así te
lo indicó.
Simplemente
quiero ir a parar a una cuestión que creo es importante para nuestro equilibrio
interior, hemos de tomar conciencia de lo que decidimos. No hay que dejar que
decidan por nosotros ni que las circunstancias sean siempre las que nos
obliguen a tomar un camino u otro.
Prestar
atención a nuestro mundo, para saber si es ahí donde queremos estar y si no lo
es aprende a soltar, por duro e inquietante que nos resulte. Mi experiencia me
ha llevado a estas conclusiones y, tal vez no me hagan siempre
feliz pero… Dime ¿Alguien lo es? Aunque sí a estar, casi siempre… de acuerdo
conmigo misma porque soy yo la que decide, la única responsable de esas
decisiones. Lo que me lleva a ser consecuente a no dudar tanto ni
echar mano de algo muy frecuente y utilizado, como es el culpar a algo o
alguien de lo que nos pasa. Nosotros decidimos si queremos vivir con conciencia
de nuestro vivir o no.