sábado, 31 de agosto de 2013

Crear

Puede ocurrirnos que un comentario dentro de una conversación, una imagen o, estando en algún lugar, capta nuestra atención algo o alguien. Esto desencadena, unos pensamientos, unas ideas que nos llevan a reflexionar y terminan con unas conclusiones. Así fue como, después de una conversación con un amigo, comencé a darle vueltas a una idea, que me provocó algo que dijo dicho amigo: “Yo te ayudo pero tu me creas”.
Fue como un pequeño “Eureka” –Es eso-. Me dije. Cada uno de nosotros creamos a los demás y, a su vez… nos crean. Del mismo modo nos creamos a nosotros mismos. Lo que me llevó a preguntarme. ¿Qué interviene para crear? Bueno, partimos de la base, que todo son ideas.  Así es como nos “hacemos una idea” de cómo creemos que es alguien por su imagen, si le tenemos delante, su forma de moverse, sus ademanes o, si sólo escuchamos su voz, a través de ella, por sus matices, la rapidez o lentitud al hablar, sus pausas. Componemos un todo, basado en nuestra experiencia y nuestros conceptos –no podría ser de otro modo por manejar unas mentes pensantes y clasificatorias- creamos lo que creemos.
Pero es solo nuestra primera impresión. A medida que vas conociendo a dicha persona, vas descubriendo matices, quitando unas ideas para poner otras, aprendes a conocerla… vas creándola, por supuesto de un forma subjetiva y por lo que esa persona llega a compartir contigo.

En primera estancia, nos creamos a nosotros mismo. Desde pequeños, en ese momento de nuestra vida, solo actuamos, nos movemos por atracción, nos impulsa el querer saber, conocer, experimentar, es ahí donde empezamos –con esa mente lógica y pensante que va creciendo con nosotros- a colocar los conceptos, basados en lo que vamos experimentando; aprendiendo a separar y catalogar todo y a todos. Nos influye lo que vamos escuchando dicen, nos dicen o nos enseñan de nosotros mismos, a través de lo que les llega de nuestra naturaleza innata. Y ya, aquí… nos están creando los demás, a la vez que estamos creándoles con todo lo que vamos aprendiendo de ellos y su forma de interactuar con nosotros. Así, es como terminamos pensando qué y cómo somos y este pensamiento, es el que influye en nuestro entorno para atraer a unas personas u otras.

 El recorrido por esta reflexión, me hizo entender el motivo por el que, en momentos de mi existencia, he llegado a preguntarme, por qué siempre atraía a mi vida a un mismo tipo de personas. Y también el porqué, de pensar que alguien es de determinada manera y luego descubrir que estabas equivocado.
Todo se resume, en los pensamientos que te hicieron crear una idea, de cómo es esa persona con la que estas interactuando. De igual manera que te has creado a ti mismo, con pensamientos que te han llevado a esa idea de ti mismo.

 Sabiendo esto, deberíamos prestar más atención a lo que pensamos de nosotros y prestar más atención a los demás, para intentar atraer lo que quieres este en tu vida y no terminar juzgando o desilusionándote de alguien, por no haber prestado atención a lo que has terminado creando en tu mente con tus pensamientos.

Así es como, con esa frase de mi amigo, llegué a estas reflexiones y me di cuenta que ya estaba centrando mi atención en todo esto, sin yo aún ser consciente de ello. Concluyendo que no solo es importante prestar atención a cómo piensas de ti mismo y de los demás, sino a ser consciente que lo haces y que, al final… todo, solo son ideas.
 
Cosa que hace surja una idea liberadora ¿Por qué? Porque nuestra mente esta creando ideas constantemente y como nuestra mente somos nosotros… esas ideas pueden cambiarse, para crear otras que nos lleven a donde queremos estar y con quien queremos estar.