Qué mejor compañía
Sí ¿Qué mejor compañía que la de uno mismo? Si te acostumbraras a tu presencia interior, si hicieras un esfuerzo por buscar un punto de encuentro con tu “Pepito Grillo” disfrutarías de una tranquila y silenciosa soledad que te reconstruiría. Que, poco a poco aprendería a escuchar lo importante de tu interior y, lo mejor, a identificarlo cuando hace acto de presencia.
Pero ¿Qué pasa? Pues que actualmente una persona solitaria es sinónimo de antisocial, rara o de mal carácter ¡Qué gran equivocación!
Nos empeñamos en rodearnos de gente “Amigos” con una sola intención: No sentirnos solos. Nos empeñamos en buscar diversión fuera, cuando nuestra imaginación, ganas de reír y ser feliz, son nuestras mejores armas para divertirnos. Porque, dime: Cuando piensas en salir una tarde o una noche ¿Para qué lo haces? Para sentirte bien, divertirte, es decir: reír, ser feliz. Por tanto, las ganas de reír, ser feliz… ¡Ya las tienes dentro! No es necesario que cada vez que desees esto, tenga que ser buscándolo en el exterior. No pierdes nada con probar a pasártelo bien, de vez en cuando, solo contigo.
Es muy distinto, claro que sí, no dije lo contrario. No tiene nada que ver, es estar contigo, en silencio y escucharte –te aseguro que terminas disfrutando de ello y disfrutando más aquellos momento en los que sales a buscar la diversión fuera ¿Cómo puedes disfrutar la compañía plenamente, si no has disfrutado de sentirte solo?-. Como decía, es estar en silencio y escucharte aunque no a tu “Yo de a diario”, no estás con nadie, no tienes que comportarte o ser de una manera, por ser lo correcto en ese instante de socialización, no. Por eso es tan genial. Puedes ser tú mismo. Puedes cantar a los cuatro vientos la letra de aquella canción, que solo lo haces en tu mente cuando no estás solo y bailar como te dé la gana o, sacarte un moco, nadie te ve (Son ejemplos para intentar explicar de qué se trata eso de ser uno mismo) Es aquello de que, no te dé miedo llegar a conocerte más a fondo, ya que… no te estás mostrando ante nadie, únicamente ante ti.
Escucha más allá de tu frente, escucha los pensamientos de esa intuición que tienes aletargada, porque no hay tiempo en tu ajetreada vida para prestarle un segundo de atención y ella, si la dejas explicarse… te hará sentir cada vez… mejor y, lo más, te equivocarás menos en tus elecciones si aprendes a tenerla en cuenta y le das unos minutos para hacerse entender por encima del charloteo de tu “Yo de a diario”.
Escucha tus sentimientos pero no tus senti-mentes. Una cosa es lo que percibes, que te lleva a sentirte bien o mal y otra los senti-mentes que tu lado pensante, a catalogado y clasificado para tenerte sujeto con los miedos y las frustraciones –que es lo que te lleva a no querer estar solo para no “escucharte”- profundiza, sintetiza y hallarás el modo de poder vencer tus miedos y tus frustraciones que no te dejan estar en paz y eres esclavo de ellos.
Analiza esos sentimientos para sintetizarlos en, un único fin: que te sean útiles para disfrutar de estar vivo, independientemente de si estas solo o acompañado. Sentirte libre.
¿Qué siento? ¿Qué puedo hacer para sentirme mejor? ¿Me importa tanto lo que me dicen? ¿Por qué? ¿Me ayuda, lo que me dicen o hacen, para estar feliz? ¿Cómo? ¿Para qué lo quiero cerca si no me hace feliz, si me tengo que comportar de una determinada manera para hacerlo sentir bien?
Estas son algunas de las preguntas que te puedes hacer para empezar a aprender a sintetizar lo que sientes y poder acallar miedos y frustraciones. Dará resultado si lo piensas desde tus sentimientos y no desde tu senti-mente, por tanto, no escuches, aparta los miedos y las frustraciones cuando te respondas. Escucha tu intuición, ella te dirá tu realidad interior. Esas primeras palabras que brotan son las que valen, quédate con ellas no las filtres con tu lado pensante. Agárralas según brotan y empieza a sintetizarlo todo desde ahí.
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